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5.03.2021

Las mujeres de la Generación del 27. Josefina de la Torre

 


Josefina de la Torre Millares nació en Las Palmas de Gran Canaria, en 1907. Se crió en una familia que amaba el arte y la cultura; muchos de sus familiares eran poetas, pintores o músicos. Desde muy niña comenzó a escribir poemas y aprendió a tocar el piano, el violín y la guitarra. También aprendió a cantar y a actuar en un pequeño teatrillo que había construido su abuelo en su casa de Las Canteras.  Josefina viajó a Madrid para terminar sus estudios como cantante y actriz. Al tiempo, se instaló en la capital para desarrollar su carrera literaria y artística. Allí conoció a los escritores de la Generación del 27. Junto a ellos publicaba sus poemas en revistas literarias y acudía a tertulias para discutir sobre poesía. Josefina de la Torre fue una mujer independiente que vivió de su propio trabajo durante toda su vida.

 Además de ser una excelente poetisa, trabajó como cantante y actriz.

Aquí tenemos algunos de sus poemas:

La tarde tiene sueño
y se acuesta en las copas de los árboles.
Se le apagan los ojos
de mirar a la calle
donde el día ha colgado sus horas
incansable.
La tarde tiene sueño
y se duerme mecida por los árboles.
El viento se la lleva
oscilando su sueño en el aire.

Quisiera tener sujeta
la naranja de la tarde
así entre las manos, fresca,
sin la piel rubia y brillante
tirabuzón de la luna
peinado por mi cuchillo.
Que sabor a fruta nueva
ha de tener en los bordes
el mar, la arena y el air.
¡Qué deseo de partir
en dos mitades la tarde!



Cuando la noche se asome
a su ventanal de cobre
se tragará la naranja.
¡Ay niña desconsolada!

Me busco y no me encuentro.
Rondo por las oscuras paredes de mi misma,
Interrogo al silencio y a este torpe vacío
Y no acierto en el eco de mis incertidumbres.
No me encuentro a mí misma.
Y ahora voy como dormida en las tinieblas,
Tanteando la noche de todas las esquinas.
Y no puedo ser tierra, ni esencia, ni armonía,
Que son fruto, sonido, creación, universo.
No este desalentado y lento desgranarse
que convierte en preguntas todo cuanto es herida.
Y rondo por las sordas paredes de mí misma
esperando el momento de descubrir mi sombra.

4.23.2021

El ascensor y la escalera

De nuevo Elsa Bonermann nos asombra con sus poesías dedicada a las cosas.

El ascensor y la escalera
Un día de primavera
el ascensor
se enamoró de una escalera
del corredor.
Entonces, desde ese día
él la miraba
mientras diez pisos subía
o los bajaba.
Ella, con traje de mármol
color marfil,
siempre duro como un árbol
del año mil.
Él presentó sus quejas
al portero:
—¡Tras la puerta de rejas
soy prisionero!
Pero aunque sea primavera
y haga calor…
¡Nadie entiende a una escalera
o a un ascensor!
Pero una noche, amable,
hablarle pudo
mientras su lengua de cable
se hacía un nudo:
—Te quiero, escalera, y vivo
sólo por ti.
¿Quieres casarte conmigo?
Por favor, di.
Con palabras que salieron
a empujones
muertos de risa dijeron
sus escalones:
—No ganas ni un centavo
por tu trabajo,
y siempre como un pavo
de arriba a abajo.
Cada cable y botones
del ascensor,
cada tuerca, a montones
sintió dolor.
Ya entonces disparando
en triste vuelo,
se dejó caer, llorando,
en el subsuelo.
Pero aunque sea primavera
y haga calor…
¡Nadie entiende a una escalera
o a un ascensor!
Elsa Isabel Bornemann
 La llave de mi casa
La llave de mi casa…
La llave
todo lo sabe.
Se pasa cada día,
–¡qué caradura!–
mirando
mirando
por la cerradura.
La llave de mi casa
¡espía!
¡Quién lo diría!
Elsa Isabel Bornemann

 Ayer nació un espejo
Ayer nació un espejo
en el armario viejo.
Su corazón
de vidrio
brillaba en la mañana
de su primer
domingo.
Voló una mariposa
a tocarle
la cara,
su piel, color reflejo,
su camisa
tan rara.
Vino desde muy lejos
a mirarlo,
traviesa.
Ayer nació el espejo
que en el armario
cupo.
No salió en ningún diario.
Sólo ella
lo supo.
Elsa Isabel Bornemann

4.21.2021

Poesía en el Quijote

En esta VII edición de nuestra Semana Literaria, reeditamos esta entrada que publicamos con motivo del IV Centenario del Quijote.
Que Cervantes hubiera querido triunfar como poeta o autor de obras teatrales, es conocido, pues no había en el Siglo de Oro mayor gloria para un escritor.
Aunque no lo consiguió, de ambos géneros nos dejó muestras a lo largo de su obra literaria.
Recogemos algunos poemas que aparecen en el Quijote y que dan testimonio de su buen hacer como poeta.
En la primera parte del Quijote en su capítulo XIV, encontramos estos versos que Ambrosio quería poner como  epitafio sobre la tumba de su amigo Grisóstomo

Yace aquí de un amador
el mísero cuerpo helado,
que fue pastor de ganado,
perdido por desamor.
Murió a manos del rigor
de una esquiva hermosa ingrata,
con quien su imperio dilata
la tiranía del amor.
Mlguel de Cervantes

El famoso soneto que incluye don Miguel en el prólogo de la primera parte del Quijote, nos trae una jocosa conversación entre dos famosos jumentos el del Cid y el de don Quijote.

Diálogo entre Babieca y Rocinante
B. ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R. Porque nunca se come, y se trabaja.
B. Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R. No me deja mi amo ni un bocado.
B. Andad, señor, que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R. Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miradlo enamorado.
B. ¿Es necedad amar? R. No es gran prudencia.
B. Metafísico estáis. R. Es que no como.
B. Quejaos del escudero. R. No es bastante.
¿Cómo me he de quejar en mi dolencia,
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinante?
Miguel de Cervantes


4.20.2021

Las mujeres en la Generación del 27. Concha Méndez

Concha Méndez fue sin duda, una mujer libre y que desarrollo su vida siguiendo sus deseos, y sin tener muy en cuenta las imposiciones que la sociedad trataba de imponer a las mujeres. 


Extracto del artículo publicado el jueves 10 de mayo de 2018 en «Artes & Letras», suplemento cultural de Heraldo de Aragón. Aquí podéis descargar el artículo en PDF

«Cada vez que me pongo seria, siento que me está saliendo bigote y me digo: ¡Qué barbaridad!»  Concha Méndez (Madrid, 1898 - Ciudad de México, 1986) fue una barbaridad de mujer: poeta, editora, impresora, viajera, campeona de natación, una de las fundadoras del Lyceum Club y de las primeras mujeres que provocaron quitándose el sombrero.

Mantuvo un noviazgo con Buñuel que duró siete años. El cineasta, que le regalaba insectos y ratones blancos, la dejó al margen de su vida en la Residencia de Estudiantes pero ella no lo necesitaba: quiso conocerlos y llamó a Lorca presentándose como «la novia desconocida de Buñuel». Su mundo se transformó cuando escuchó al poeta granadino recitar en el Retiro; esa misma noche escribió sus primeros versos. En 1926 publica Inquietudes («un prodigio de intuición femenina» según Ernestina de Champourcín), al que seguirán Surtidor, Canciones de mar y tierra, Niño y sombras, Poemas. Sombras y sueños y otros veinte poemarios y obras de teatro. «Y ahora, entre tanta gente putrefacta con quien trato, mi consuelo es escribir y pensar en vosotros (...) Verdaderamente, sois lirios entre el fango», escribiría a Federico.

Viajó a Londres y a Argentina en una época en la que era insólito que una mujer fuera sola a la vuelta de la esquina. De nuevo en Madrid, Lorca le presenta a Manuel Altolaguirre y pronto Concha le ofrece comprar una pequeña imprenta que instalan en una habitación del hotel Aragón. Él hacía el trabajo tipográfico y ella, vestida con un mono azul de mecánico, hacía girar la imprenta que alumbró la revista Héroe, donde publicaron los mejores poetas de la Generación del 27. Juntos editarían, entre otras, Poesía, Caballo verde para la poesía, 1616, La Verónica y obras emblemáticas como El rayo que no cesa de Miguel Hernández, Primeras canciones de Lorca o La realidad y el deseo de Cernuda.

En 1932 Méndez y Altolaguirre se casan, lo que supone un escándalo pues ella era siete años mayor. Sus testigos son Juan Ramón Jiménez, Cernuda, Lorca, Moreno Villa, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén y Morla Lynch. Con la llegada de la guerra se exiliaron, primero en Cuba y después en México, de dónde ya sólo volvieron de visita.

La vida de esta mujer enorme no cabe en un artículo, pero sí en sus preciosas Memorias habladas, memorias armadas (Ed. Renacimiento). Unas memorias habladas, deliciosas, imprescindibles.

https://www.rtve.es/lassinsombrero/es/webdoc/las-mujeres/concha-mendez

Nadadora
Mis brazos:
Los remos.
La quilla:
Mi cuerpo.
Timón:
Mi pensamiento.
(Si fuera sirena,
mis cantos
serían mis versos.)
Concha Méndez

Los mapas de la escuela,
todos tenían mar,
todos tenían tierra.
¡Yo sentía un afán
por ir a recorrerla!...
Soñaba el corazón
con mares y fronteras,
con islas de coral
Y misteriosas selvas…
Soñaba el corazón…
¡Oh, sueños de la escuela!
 Concha Méndez
 

El gusano sano

Gloria Fuertes no podía faltar en nuestra Semana Literaria y nos acompaña con su poema "Gusano sano".

Gusano sano
Era un gusano 
muy sano 
—nunca tosía— 
Era un gusano 
muy sano 
—sólo tejía—. 
Sano y enano 
el gusanito era 
—sólo comía 
hojas de morera— 
El gusanito 
no quería ser lo que era, 
lloraba y lloraba 
lágrimas de seda. 
  
Se escondió en su capullo 
para que nadie lo viera 
—llorar—. 
El gusanito 
no quería ser gusano, 
quería ser otra cosa. 
  
Su deseo fue realizado, 
se convirtió en mariposa. 
  
—¡Seré mariposa blanca 
porque al revolotear 
quiero ser y parecer 
palomita de la paz! 
  
(Cuando se desea mucho una cosa, 
se consigue la cosa, hermosa.)

Gloria Fuertes

4.19.2021

Agua, ¿dónde vas?

Agua, ¿dónde vas?
Agua, ¿dónde vas?
Riendo voy por el río
a las orillas del mar
Mar, ¿adónde vas?
Río arriba voy buscando
fuente donde descansar
Chopo, y tú ¿qué harás?
No quiero decirte nada
Yo…, ¡temblar!
¿Qué deseo, qué no deseo
por el río y por la mar?
Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están
Federico García Lorca

4.17.2021

Ángela Figuera. Jugando

Ángela Figuera, gran admiradora de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, fue una poeta vasca, que no es lo conocida que debiera ser por su magnífica obra.
Vivió la guerra "incivil" y después no pudo continuar como profesora de instituto por haber sido fiel a la República.
Ha escrito algunos libros de poemas para niños y sin duda volveremos a hacerla protagonista de nuestra poesía de la semana.
  




JUGANDO
–¿Redonda?
–La luna.
–¿Y redondo?
–El sol.
–¿Redonda?
–La bola.
–¿Redondo?
–El balón.
–¿Redonda?
–La fresa.
–¿Redondo?
–El fresón.
–¿Redonda?
–La rosca.
–¿Redondo?
–El roscón.
–¿Redonda?
–La lima.
–¿Redondo?
–El limón.
–¿Redonda?
–La plaza.
–¿Redondo?
–El balcón.
–¿Redonda?
–La torre.
–¿Redondo?
–El reloj.
–¿Redonda?
–Tu cara.
–¿Redondo?
–Mi corazón.
–Tu corazón no es redondo.
–Tú ¿lo ves?
–¡Claro que no!
–Entonces, ¿cómo lo sabes?
–Porque sí.
–¡Vaya razón!
–Es mío y sé que es redondo.
–Pues ya no juego.
–Ni yo.
Ángela Figuera Aymerich

El cangrejo ermitaño

El cangrejo ermitaño
El cangrejo ermitaño
tiene un deseo:
que en su cabeza calva
le crezca pelo.
 El cangrejo ermitaño
 tiene un antojo:
pasar sus vacaciones
en el Mar Rojo.
 Y cuando mira al cielo
 lo que desea
es subir a la luna
con la marea.
Ana M.ª Romero
 Columpio de versos Ed. Brosquil

El bastón

Disfrutad de esta espléndida poesía de la argentina María Cristina Ramos.

El bastón
El cangrejo más viejito
camina con un bastón
sobre la arena mojada,
 sobre la sed que da el sol.
 Se sostiene una rodilla
y camina con un son
 desparejo y cansadito,
como el de su corazón.
 Dicen que el viejo cangrejo,
antes, tocaba el tambor
 para avisar a los peces
si venía un pescador.
 Ahora, camina lento
y las piedras, con temor,
 guardan sus bordes filosos
 por no herir su cascarón.
 Los peces le juntan luna;
 las algas, algo de sol.
M.ª Cristina Ramos 
La luna lleva un silencio Ed. Anaya

Doña Disparate

María Elena junto a Juan Ramón Jiménez

Seguro que pensáis que tenemos predilección por la poesía de María Elena Walsh, como por casi todos los autores que os acercamos. Os dejamos el enlace a la página de su fundación:
 Disfrutad de estos dos poemas.

JUANCITO VOLADOR
Juancito quiere volar
sentado en un barrilete.
Sus amigos lo remontan
con su trompo y so bonete.
Se encuentra con una nube,
con una nube muy rubia,
que está bordando un pañuelo
con los hilos de la lluvia.
Juancito sigue volando
y se encuentra con el viento,
que tiene una capa verde
por afuera y por adentro.
Sube un poco más arriba
y se encuentra con la Luna,
que está haciendo una empanada
de caramelo y azúcar.
Sube un poco más arriba
y se encuentra con el Sol,
que tiene un palacio de oro
y está muerto de calor.
Encuentra muchas estrellas
que juegan a la escondida,
y a una palomita blanca
que en el cielo está perdida.
Los árboles lo saludan
cuando Juancito aterriza.
Sus amigos le dan tortas
y su mamá una paliza.
María Elena Walsh

DOÑA DISPARATE
Doña Disparate,
nariz de batata,
se olvida, se olvida
de cómo se llama.
Se olvida el rodete
detrás de la puerta,
duerme que te duerme
cuando está despierta.
Se quita el zapato,
se pone el tranvía,
bebe la botella
cuando está vacía.
No sabe, no sabe,
y aprieta un botón
para que haya luna
o se apague el Sol.
Oye con el diente,
habla con la oreja,
con un cucharón
barre la vereda.
—¡Señor boticario,
véndame tornillos!
—¡Señor verdulero,
hágame un vestido!
¡Guau! dice el felpudo.
¡Miau! dice la jarra.
¡Que yo soy el perro!
¡Que yo soy la gata!
Doña Disparate,
nariz de merengue,
se “ecovica”, digo,
se equivoca siempre.
María Elena Walsh

4.15.2021

Jugando con los poemas


Podremos trabajar este hermoso texto de Carmen Gil, principalmente en Educación Infantil y Primer Ciclo de Educación Primaria, en el, Carmen Gil nos presenta  52 actividades lúdicas a partir de 32 poemas, una obra de teatro y un cuento en verso.

Encontramos adivinanzas y trabalenguas, juegos de animación, ritmo, creación plástica, dramatización y creación literaria, y el cuento en verso "La bruja Pimienta", con actividades para realizar a lo largo de todo el proceso de la lectura. Está editado por la editorial CCS.

A jugar con la Poesía 

4.14.2021

Poemas para jugar

Hoy dedicamos nuestra poesía de la semana a la poeta argentina Cecilia Pisos. Además dejamos el enlace a su página web, donde podréis descubrir mucho más de esta interesante escritora.
 Cecilia Pisos

POEMA PARA JUGAR A LA RAYUELA
Tiro una piedrita,
¡plaf!, a la laguna.
Le da en el ojo a la luna.
Tiro dos piedritas
al aire delgado,
paso al otro lado.
Tiro tres piedritas,
caen a mis pies.
Empiezo otra vez.
Cuando tiro cuatro,
miau, renegro noche,
se me cruza un gato.
Y, del susto, cinco
tiro piedras, brinco.
No paro hasta el seis,
siete, ocho y nueve:
y ahí es cuando llueve.
Salto y llego al diez,
un mar con un pez.
Y el mar borra todo,
la tiza, el recreo:
me quedo parado
en la c de cielo.
Cecilia Pisos

MI ROBOT
Con varias latas y tuercas y tornillos,
una tarde un robot me fabriqué.
Después, con una caja de botones,
hice un control para moverlo bien.
El botón rojo activaba la cabeza
para decir que sí y decir que no;
con el verde caminaba apurado;
con el azul, me mostraba el reloj.
Con el botón dorado de mi abuela,
el robot daba pasitos de vals;
y con otro botón bailaba el tango,
con uno, más chiquito, el chachachá.
Puse botones de saltar bien alto,
de embocar la pelota, de contar.
Y puse uno de tirar juguetes,
pero, ¡ay!, se me olvidó el de juntar.
Cecilia Pisos

LA PELOTA
Si mi pelota está contenta rueda
hasta los pies de otro chico en la vereda
y nos hacemos amigos y un partido
termina y otro enseguida empieza.
Si está enojada conmigo, en cambio, vuelve
hacia un cantero y destruye flores, plantas;
o se esconde en un viejo tronco hueco
y no hay manera de hacer que afuera salga.
Si está aburrida, choca y choca y choca
siempre igualita contra una pared.
Si está contenta, sin que yo la toque,
ella solita se mete en la red.
A la noche, la acuesto y le canto
un arrorró de pelotas y después,
la tapo bien, sino, me toma frío.
Esta pelota es como mi bebé.
Cecilia Pisos


4.11.2021

Hay una cometa

Antonio García Tejeiro es un poeta y escritor de literatura infantil gallego, del que podéis conocer más poemas en el siguiente enlace a su blog.
Antonio García Teijeiro
 
 Me dijo un día
Me dijo un día al oído
una flauta presumida:
“¿Te gusta mi voz de oro
que adorna las sinfonías?”
A esa flauta impertinente
yo le contesté muy serio:
“Prefiero las flautas viejas
que tocan aires sinceros”
La flauta me dio la espalda,
no quiso decirme adiós.
Noté la rabia en sus notas
cuando en la calle sonó.
Volando por las palabras
Se mueve una barca
en medio del mar.
La mecen las olas
con suave compás.
Cantan las sirenas.
¡Oigo su cantar!
Rasgando la espuma
de un mar de cristal
la barca de plata
se llena de sal.
Volando por las palabras
 Antonio García Tejeiro

Hay una cometa
Hay una cometa
que flota en el cielo,
muy lejos del suelo
ligera y coqueta.
Hay una cometa
que imita a una nube:
ya baja, ya sube,
jamás se está quieta.
Hay una cometa
de vivos reflejos:
parecen espejos
buscando una meta.
Hay una cometa,
serpiente de espuma,
que deja a la bruma
de sueños repleta.
Antonio García Tejeiro 
 

Mi árbol tenía
sus ramas de oro.
Un viento envidioso
robó mi tesoro.
Hoy no tiene ramas.
Hoy no tiene sueños 
 mi árbol callado, 
mi árbol pequeño
 Antonio García Tejeiro 
 
 De ola en ola
 
De ola en ola,
de rama en rama,
el viento silba
cada mañana.

De sol a sol,
de luna a luna,
la madre mece,
mece la cuna.

Esté en la playa
o esté en el puerto,
la barca mía
la lleva el viento.
Antonio García Tejeiro 

4.09.2021

Alfa y omega


Manuel Machado, cuya obra poética es din duda menos conocida y menos trascendente que la de su hermano Antonio, nos deja esta composición poética, sobre un tema muy recurrente en poesía, ya el título del mismo es una declaración de intenciones, el paso del tiempo en nuestras vidas.

Alfa y omega 

Cabe la vida entera en un soneto
empezado con lánguido descuido,
y apenas iniciado ha transcurrido
la infancia, imagen del primer cuarteto.

Llega la juventud con el secreto
de la vida, que pasa inadvertido,
y que se va también, que ya se ha ido,
antes de entrar en el primer terceto.

Maduros, a mirar a ayer tornamos
añorantes, y, ansiosos, a mañana,
y así el primer terceto malgastamos.

Y cuando en el terceto último entramos
es para ver con experiencia vana
que se acaba el soneto… Y que nos vamos.

Manuel Machado

3.26.2021

El lagarto está llorando

 Este bonito y conocido poema de Federico García Lorca, es el que protagoniza nuestro poema de la semana, musicado por Paco Ibañez. Las ilustraciones están realizadas por Rafa Simón.



3.18.2021

Día Mundial de la Poesía


En este curso tan atípico marcado por el COVID, el Centro Andaluz de las Letras, lo celebrará virtualmente. Este Día Mundial de la Poesía, 21 de marzo, lo conmemorará con diversas acciones comunicativas a través de las redes sociales en torno al fomento y lectura de la poesía de autoras y autores andaluces.

Se trata de una campaña en redes sociales para el fomento y lectura de la poesía a través de los poetas andaluces que, desde el año 2000, han sido designados como autores del año en la comunidad andaluza. Los versos de Vicente Aleixandre, Gustavo Adolfo Bécquer, Rafael Pérez Estrada, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Luis de Góngora, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, José Antonio Muñoz Rojas, Luis Rosales, José Moreno Villa, José Manuel Caballero Bonald, Mª Victoria Atencia, Pilar Paz Pasamar, Antonio Gala, Julia Uceda, Pablo García Baena, Manuel Alcántara o Emilio Prados, autor del año 2021, serán los protagonistas durante esta jornada a través de las etiquetas #DíadelaPoesía y #niundíasinpoesía.

En este sentido, el Centro Andaluz de las Letras invita a los amantes de la poesía a escuchar, compartir y disfrutar de poemas recitados por autoras y autores andaluces a través de nuestro proyecto PoetiCAL

Lee y descarga antologías de Autoras y Autores del año desde 2000 al 2020

https://www1.ccul.junta-andalucia.es/cultura/caletras/content/autores-y-autoras-del-ano-2000-2020 

 

2.08.2021

Leñador

Este poema pertenece al libro "Marinero en tierra" que Alberti compuso mientras convalecía de una enfermedad. En ella se percibe la añoranza del autor de la luz, el mar y su infancia en la costa gaditana.


A volar

 Leñador,

no tales el pino,
que un hogar
hay dormido
en su copa.

—Señora abubilla,
señor gorrión,
hermana mía calandria,
sobrina del ruiseñor;
ave sin cola,
martín-pescador,
parado y triste alcaraván:

¡a volar,
pajaritos,
al mar!
Leñador,
no tales el pino,
que un hogar
hay dormido
en su copa.

—Señora abubilla,
señor gorrión,
hermana mía calandria,
sobrina del ruiseñor;
ave sin cola,
martín-pescador,
parado y triste alcaraván:

¡a volar,
pajaritos,
al mar!

Rafael Alberti

Podemos escuchar recitar este hermoso poema de Alberti con la voz de Nuria Espert.

2.01.2021

El papagayo


El papagayo 

El papagayo verde y amarillo,
el papagayo verde y azafrán,
me dijo «fea» con su habla gangosa
y con su pico que es de Satanás.

Yo no soy fea, que si fuese fea,
fea es mi madre parecida al sol,
fea la luz en que mira mi madre
y feo el viento en que pone su voz,
y fea el agua en que cae su cuerpo
y feo el mundo y Él que lo crió...

El papagayo verde y amarillo,
el papagayo verde y tornasol,
me dijo «fea» porque no ha comido
y el pan con vino se lo llevo yo,
que ya me voy cansando de mirarlo
siempre colgado y siempre tornasol...

Gabriela Mistral