12.16.2009

A una nariz (Francisco de Quevedo)

Como prometimos, vuelve Don Francisco de Quevedo y Villegas. Ya hablabamos de la rivalidad entre Góngora (en el cuadro que acompaña a la poesía) y Quevedo, como prueba de ello, véase este soneto, que Quevedo dirige a Góngora, y no precisamente como veréis para ensalzarlo. Es un soneto rebosante de metáforas y otras figuras literarias, además es muy divertido. Aunque sin nombrarlo, seguro que Góngora se dio por aludido.


A UNA NARIZ
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.
Érase un reloj de sol mal encarado,
érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca aariba,
era Ovidio Nasón mas narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,l
las doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
FRANCISCO DE QUEVEDO

1 comentario:

  1. Me viene a la mente el comentario que Quevedo hizo con ocasión de la muerte de su "amigo" Góngora. Prueba irrefutable de un encono que ni siquiera la muerte pudo acallar:

    "Fuese con Satanás, culto y pelado;
    miren si Satanás fue desdichado."

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