12.25.2014

Las tres preguntas

Disfrutad leyendo este cuento de León Tolstói parece muy indicado par estas fiestas navideñas.


Un cierto emperador pensó un día que si se conociera la respuesta a las siguientes tres preguntas, nunca fallaría en ninguna cuestión. Las tres preguntas eran:

¿Cuál es el momento más oportuno para hacer cada cosa?
¿Cuál es la gente más importante con la que trabajar?
¿Cuál es la cosa más importante para hacer en todo momento?

El emperador publicó un edicto a través de todo su reino anunciando que cualquiera que pudiera responder a estas tres preguntas recibiría una gran recompensa, y muchos de los que leyeron el edicto emprendieron el camino al palacio; cada uno llevaba una respuesta diferente al emperador.

Como respuesta a la primera pregunta, una persona le aconsejó proyectar minuciosamente su tiempo, consagrando cada hora, cada día, cada mes y cada año a ciertas tareas y seguir el programa al pie de la letra. Sólo de esta manera podría esperar realizar cada cosa en su momento. Otra persona le dijo que era imposible planear de antemano y que el emperador debería desechar toda distracción inútil y permanecer atento a todo para saber qué hacer en todo momento. Alguien insistió en que el emperador, por sí mismo, nunca podría esperar tener la previsión y competencia necesaria para decidir cada momento cuándo hacer cada cosa y que lo que realmente necesitaba era establecer un “Consejo de Sabios” y actuar conforme a su consejo.

Alguien afirmó que ciertas materias exigen una decisión inmediata y no pueden esperar los resultados de una consulta, pero que si él quería saber de antemano lo que iba a suceder debía consultar a magos y adivinos.

Las respuestas a la segunda pregunta tampoco eran acordes. Una persona dijo que el emperador necesitaba depositar toda su confianza en administradores; otro le animaba a depositar su confianza en sacerdotes y monjes, mientras algunos recomendaban a los médicos. Otros que depositaban su fe en guerreros.

La tercera pregunta trajo también una variedad similar de respuestas. Algunos decían que la ciencia es el empeño más importante; otros insistían en la religión e incluso algunos clamaban por el cuerpo militar como lo más importante.


Y puesto que las respuestas eran todas distintas, el emperador no se sintió complacido con ninguna y la recompensa no fue otorgada.

Después de varias noches de reflexión, el emperador resolvió visitar a un ermitaño que vivía en la montaña y del que se decía era un hombre iluminado. El emperador deseó encontrar al ermitaño y preguntarle las tres cosas, aunque sabía que él nunca dejaba la montaña y se sabía que sólo recibía a los pobres, rehusando tener algo que ver con los ricos y poderosos. Así pues el emperador se vistió de simple campesino y ordenó a sus servidores que le aguardaran al pie de la montaña mientras él subía solo a buscar al ermitaño.

Al llegar al lugar donde habitaba el hombre santo, el emperador le halló cavando en el jardín frente a su pequeña cabaña. Cuando el ermitaño vio al extraño, movió su cabeza en señal de saludo y siguió con su trabajo. La labor, obviamente, era dura para él, pues se trataba de un hombre anciano, y cada vez que introducía la pala en la tierra para removerla, la empujaba pesadamente.

El emperador se aproximó a él y le dijo:


- “He venido a pedir tu ayuda para tres cuestiones:

“¿Cuál es el momento más oportuno para hacer cada cosa?
¿Quienes son las personas más importantes con las que uno debe trabajar?
¿Qué cosa es la más importante que hacer en todo momento?"

El ermitaño le escuchó atentamente pero no respondió. Solamente posó su mano sobre su hombro y luego continuó cavando. El emperador le dijo:

- “Debes estar cansado, déjame que te eche una mano”.

El eremita le dio las gracias, le pasó la pala al emperador y se sentó en el suelo a descansar.

Después de haber acabado dos cuadros, el emperador paró, se volvió al eremita y repitió sus preguntas. El eremita tampoco contestó sino que se levantó y señalando la pala y dijo:

- “¿Por qué no descansas ahora? Yo puedo hacerlo de nuevo”.

Pero el emperador no le dio la pala y continuó cavando. Pasó una hora, luego otra y finalmente el sol comenzó a ponerse tras las montañas. El emperador dejó la pala y dijo al ermitaño:

- “Vine a ver si podías responder a mi tres preguntas, pero si no puedes darme una respuesta, dímelo, para que pueda volverme a mi palacio”.

El eremita levantó la cabeza y preguntó al emperador:

- “¿Has oído a alguien corriendo por allí?”.

El emperador volvió la cabeza y de repente ambos vieron a un hombre con una larga barba blanca que salía del bosque. Corría enloquecidamente presionando sus manos contra una herida sangrante en su estómago. El hombre corrió hacia el emperador antes de caer inconsciente al suelo, dónde yació gimiendo. Al rasgar los vestidos del hombre, emperador y ermitaño vieron que el hombre había recibido una profunda cuchillada. El emperador limpió la herida cuidadosamente y luego usó su propia camisa para vendarle, pero la sangre empapó totalmente la venda en unos minutos. Aclaró la camisa y le vendó por segunda vez y continuó haciéndolo hasta que la herida cesó de sangrar.

El herido recuperó la conciencia y pidió un vaso de agua. El emperador corrió hacia el arroyo y trajo un jarro de agua fresca. Mientras tanto se había puesto el sol y el aire de la noche había comenzado a refrescar. El eremita ayudó al emperador a llevar al hombre hasta la cabaña donde le acostaron sobre la cama del ermitaño. El hombre cerró los ojos y se quedó tranquilo. El emperador estaba rendido tras un largo día de subir la montaña y cavar en el jardín y tras apoyarse contra la puerta se quedó dormido. Cuando despertó, el sol asomaba ya sobre las montañas.

Durante un momento olvidó donde estaba y lo que había venido a hacer. Miró hacia la cama y vio al herido, que también miraba confuso a su alrededor; cuando vio al emperador, le miró fijamente y le dijo en un leve suspiro:

- “Por favor, perdóneme”.

- "Pero ¿qué has hecho para que yo deba perdonarte?", preguntó el emperador.

- "Tú no me conoces, Majestad, pero yo te conozco a ti. Yo era tu implacable enemigo y había jurado vengarme de ti, porque durante la pasada guerra tú mataste a mi hermano y embargaste mi propiedad.

Cuando me informaron de que ibas a venir solo a la montaña para ver al ermitaño decidí sorprenderte en el camino de vuelta para matarte. Pero tras esperar largo rato sin ver signos de ti, dejé mi emboscada para salir a buscarte. Pero en lugar de dar contigo, topé con tus servidores y me reconocieron y me atraparon, haciéndome esta herida. Afortunadamente pude escapar y corrí hasta aquí. Si no te hubiera encontrado seguramente ahora estaría muerto. ¡Yo había intentado matarte, pero en lugar de ello tú has salvado mi vida! Me siento más avergonzado y agradecido de lo que mis palabras pueden expresar. Si vivo, juro que seré tu servidor el resto de mi vida y ordenaré a mis hijos y a mis nietos que hagan lo mismo. Por favor, Majestad, concédeme tu perdón."

El emperador se alegró muchísimo al ver que se había reconciliado fácilmente con su acérrimo enemigo, y no sólo le perdonó sino que le prometió devolverle su propiedad y enviarle a sus propios médicos y servidores para que le atendieran hasta que estuviera completamente restablecido.

Tras ordenar a sus sirvientes que llevaran al hombre a su casa, el emperador volvió a ver al ermitaño. Antes de volver al palacio el emperador quería repetir sus preguntas por última vez; encontró al ermitaño sembrando el terreno que ambos habían cavado el día anterior.

El ermitaño se incorporó y miró al emperador.

Cuento basado en el relato de Tolstói escrito por Jon J. Muth

- “Tus preguntas ya han sido contestadas”.

- "Pero, ¿cómo?", preguntó el emperador confuso.

- "Ayer, si su Majestad no se hubiera compadecido de mi edad y me hubiera ayudado a cavar estos cuadros, habría sido atacado por ese hombre en su camino de vuelta. Entonces habría lamentado no haberse quedado conmigo. Por lo tanto el tiempo más importante es el tiempo que pasaste cavando los cuadros, la persona más importante era yo mismo y el empeño más importante era el ayudarme a mí...

Más tarde, cuando el herido corría hacia aquí, el momento más oportuno fue el tiempo que pasaste curando su herida, porque si no le hubieses cuidado habría muerto y habrías perdido la oportunidad de reconciliarte con él. De esta manera, la persona más importante fue él y el objetivo más importante fue curar su herida...

Recuerda que sólo hay un momento importante y es ahora. El momento actual es el único sobre el que tenemos dominio. La persona más importante es siempre con la persona con la que estás, la que está delante de ti, porque quién sabe si tendrás trato con otra persona en el futuro. El propósito más importante es hacer que esa persona, la que está junto a ti, sea feliz, porque es el único propósito de la vida”.

León Tolstói


Los secuestradores de burros

Recientemente hemos adquirido una nueva colección para las lecturas de aula, en concreto para el tercer ciclo de educación primaria. Se trata de la divertida narración "Los secuestradores de burros" de Gerald Durrell, en edición de Alfaguara e ilustrado por Mabel Álvarez.
Se trata de una divertida historia de amistad, aventuras y solidaridad que se desarrolla un verano en una tranquila isla griega, como suele suceder con las obras que elegimos para lecturas de aula, os costará trabajo esperar a la siguiente sesión de lectura para continuar con ella.
Como siempre incluimos la guía de lectura del texto con actividades, juegos, crucigramas...

Ilustración de Mabel Álvarez para este libro
Guía de lectura

12.22.2014

Los poetas cantan al invierno

Hoy este cálido otoño que nos ha acompañado da el relevo al invierno, que según predicen los expertos también será más cálido de lo normal. Son muchos los poetas a los que esta estación ha inspirado y vamos a recopilar algunos de ellos.
Empezamos con algunos fragmentos de Jardín de invierno de Pablo Neruda.

Jardín de invierno (Fragmentos)
Llega el invierno. Espléndido dictado 
me dan las lentas hojas 
vestidas de silencio y amarillo. 

Soy un libro de nieve, 
una espaciosa mano, una pradera, 
un círculo que espera, 
pertenezco a la tierra y a su invierno. 
...........................................................

La tierra vive ahora 
tranquilizando su interrogatorio, 
extendida la piel de su silencio. 
Pablo Neruda.


Del poeta Premio Cervantes en 2006 Antonio Gamoneda
Invierno
La nieve cruje como pan caliente
y la luz es limpia como la mirada de algunos seres humanos,
y yo pienso en el pan y en las miradas
mientras camino sobre la nieve.
Hoy es domingo y me parece
que la mañana no está únicamente sobre la tierra
sino que ha entrado suavemente en mi vida.
Yo veo el río como acero oscuro
bajar entre la nieve.
Veo el espino: llamear el rojo,
agrio fruto de enero.
Y el robledal, sobre tierra quemada,
resistir en silencio.
Hoy, domingo, la tierra es semejante
a la belleza y la necesidad
de lo que yo más amo.
Antonio Gamoneda

Don Antonio Machado no puede  dejar de sumarse a esta nómina de poetas a quienes inspira el invierno y aunque podemos recabar varias poesías hoy nos acordamos de su poema sol de invierno.

Sol de invierno
Es mediodía. Un parque. 
Invierno. Blancas sendas; 
simétricos montículos 
y ramas esqueléticas. 
Bajo el invernadero, 
naranjos en maceta, 
y en su tonel, pintado 
de verde, la palmera. 
Un viejecillo dice, 
para su capa vieja: 
«¡El sol, esta hermosura 
de sol!...» Los niños juegan. 
El agua de la fuente 
resbala, corre y sueña 
lamiendo, casi muda, 
la verdinosa piedra.
Antonio Machado

Otro de los grandes y que nos deleita con este hermoso poema que casi sólo alude al invierno en su título: Canción de invierno.

Canción de invierno
Cantan. Cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?
Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?
No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...
Yo no sé dónde cantan
los pájaros -cantan, cantan-
los pájaros que cantan.
Juan Ramón Jiménez

Y para los más pequeños estos poema:

Versos para el invierno
En invierno se enfría
la punta de la nariz
con un pañuelo me tapo
antes de un gran achís.
 Mantas polares
cazadoras de abrigo,
guantes y bufanda.
¡Ya no hace frío!
 Si tengo frío,
tiritan mis dientes,
tomo sopa de letras
y leche caliente.
 Cuando hace mucho frio,
tiritan los dientes
pero los míos no,
porque yo soy valiente.
 Si tengo mucho frío
me tapo la nariz
con bufanda de lana
roja, verde y gris.
 Los días de frío
mucho nos abrigamos
nos quedamos algo duritos
pero igual ¡jugamos!
 Andrea Kalman

Cuéntame invierno
Cuéntame invierno
a dónde han ido
los días largos
con mucho sol;
a dónde has llevado
todas las flores;
dónde has guardado
todo el calor.
De dónde sale
todo ese frío,
por qué la calle
vacía está,
y quién te ha dado
estas heladas
que desparramas
por la ciudad.

Quiero contarte
que mientras sigas
por estos lares
nos pasaremos
más tiempo en casa.
Niñas y niños
saldremos menos
pero abrigados.
Leonardo Antivero


12.21.2014

Villancicos cargados de poesía



Esta Navidad, volvemos a recordar a Gloria Fuertes con sus poemas, que se disfrazan de villancicos, pero que como siempre además de disfrutar de su musicalidad y de sus acertadas metáforas, van mucho más allá y nos hacen reflexionar y ponen de manifiesto la tremenda humanidad de esta gran poeta. 

María Madre


La Virgen,
sonríe muy bella.
¡Ya brotó el Rosal,
que bajó a la tierra
para perfumar!
La Virgen María
canta nanas ya.
Y canta a una estrella
que supo bajar
a Belén volando
como un pastor más.
Tres Reyes llegaron;
cesa de nevar.
¡La luna le ha visto,
cesa de llorar!
Su llanto de nieve
cuajó en el pinar.
Mil ángeles cantan
canción de cristal
que un Clavel nació
de un suave Rosal.
Gloria Fuertes.

Hablan los pastores

¡Ya está bien, que se va a helar!
Tanto adorar al Chaval
y nadie tiene reaños
de darle sus propios paños,
sus sayas o su morral.
Tanta mirra y tanto incienso,
y Él desnudito en el pienso
-pienso que nadie le quiere-.
Su tiritera me hiere,
en esta noche tan bruta.
¡Muchachos, traed viruta,
vamos a hacer una hoguera,
antes de que se nos muera
de frío la Salvación!
Juntad todas las banderas
y haced una colcha loca,
porque Dios está en pelota
desde que vino al Portal.
Gloria Fuertes

Ya está el niño en el portal

Ya está el Niño en el portal,
que nació en la portería.
San José tiene taller,
y es la portera María.
Vengan sabios y doctores
a consultarle sus dudas,
el Niño sabelotodo
está esperando en la cuna.
Dice que es pecado
hablar mal de los vecinos
y que pecado no es
besarse por los caminos.
Que se acerquen los pastores,
que me divierten un rato,
que se acerquen los humildes,
que se alejen los beatos.
Que pase la Magdalena,
que venga San Agustín,
que esperen los Reyes Magos
que les tengo que escribir.
Gloria Fuertes



12.19.2014

Novedades

Son muchas las novedades que están ingresando en nuestra biblioteca últimamente, entre ellas algunos álbumes ilustrados más, que pasan a engrosar nuestra nueva sección y que como veis están ya disponibles en nuestra mesa de novedades.

12.16.2014

Día de la Lectura en Andalucía

Hoy se conmemora el Día de la Lectura en Andalucía, que en esta ocasión está dedicado a la autora Gertrudis Gómez de Avellaneda.
El motivo de que esta efeméride se celebre el 16 de diciembre por la Junta de Andalucía es debido a que los días 16 y 17 de diciembre de 1927, Federico García Lorca, Rafael Alberti, José Bergamín, Juan Chabas, Gerardo Diego,  Dámaso Alonso y Jorge Guillén, fueron invitados por el Ateneo de Sevilla para clausurar el homenaje al poeta cordobés Luis de Góngora que se había ido celebrando a lo largo de todo ese año. Este encuentro en Sevilla, al que se une Luis Cernuda, este encuentro  posteriormente sería conocido como Generación del 27. También, el 16 de diciembre es el día en que nació  Rafael Alberti.
Os dejamos el enlace al portal de Bibliotecas Escolares donde encontramos información sobre la vida y obre de  esta escritora.
Día de la Lectura en Andalucía 2014

12.15.2014

Visita a la Bibliuoteca Municipal



El pasado jueves  11 de diciembre, los alumnos de 2º de Educación Primaria acompañados de su tutora y algunas de las madres y padres participantes en el proyecto de Familias Lectoras, visitaron las instalaciones de la Biblioteca Municipal de Linares.
Esta visita fue guiada por una de las trabajadoras, que muy amablemente, iba explicando a los niños las diferentes partes de las que se compone y que se realiza en cada una de ellas.
Tuvimos la oportunidad también de acceder a una zona a la que solo pueden  hacerlo los trabajadores de la biblioteca, donde nos enseñaron libros muy interesantes en otros sistemas de lectura como el Braille, lo que llamó mucho la atención de los niños.
Como no en la zona reservada para los niños, nos contó un cuento en poesía que les gustó mucho y nos enseñaron el libro mágico de la biblioteca, donde los niños se quedaron sin palabras.
Por último, se explicó cómo hacerse el carnet para sacar o leer allí y los niños pudieron coger y leer un ratito.
Alejandra Fuentes Olmo

12.12.2014

Más María Elena Walsh

María Elena Walsh se ha convertido en uno de nuestros referentes y acudimos a ella de vez en cuando, para deleite de todos.
Completamos con esta segunda entrega el  video  musical animado con personajes 3D, interpretados por la cantante Katie Viqueira "Enganchados infantiles" y del que ya os dejamos la primera parte.

Recordando a Machado

Poema del Cancionero Apócrifo, que es muy fácil de aprender y que nos puede servir de excusa para jugar con las palabras y crear otros parecidos que también tengan encabalgamientos.

La plaza tiene una torre
La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.

Ha pasado un caballero
-¡ quién sabe por qué pasó !-,
y se ha llevado la plaza,
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama
su dama y su blanca flor.
Antonio Machado

También de su" Cancionero Apócrifo".
Para tu ventana
Para tu ventana
un ramo de rosas me dio la mañana.
Por un laberinto de calle en calleja,
buscando, he corrido, tu casa y tu reja.
Y en un laberinto me encuentro
perdido
en esta mañana de mayo florido.
Dime dónde estás.
Vuelta y revueltas. Ya no puedo más
.
Antonio Machado

Poema incluido en el libro "Soledades"
Las moscas
Vosotras, las familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.
¡Oh viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela,
     —que todo es volar—, sonoras
rebotando en los cristales
en los días otoñales...
Moscas de todas las horas,
     de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,
     de siempre... Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:
yo sé que os habéis posado
     sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.

Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.
Antonio Machado

12.02.2014

El sueño de Greta

Si siempre es difícil enfrentarse a la enfermedad, lo es mucho más cuando la enfermedad afecta a los niños. En este cuento escrito por la periodista Olga Pérez Barbero e ilustrado por María Puya Belmonte, se trata el tema del trasplante de órganos.
Greta es una niña para la que seguramente como escribió Benedetti en su poema "Pasatiempo" (que podéis encontrar en nuestra sección de poesía de la semana), la muerte no existe. Ella sueña con ser astronauta y ser la primera mujer que llegue a la Luna. Pero una enfermedad pretende interponerse en sus sueños. Es gracias al conocimiento y cuidado de los que cuidan de nuestra salud y de las personas que siguen viviendo en los demás a través de la donación de sus órganos cuando ya no les son necesarios, como esta Greta que representa a miles de personas que se benefician de esta última prueba de generosidad, llegarán a cumplir su sueño, como Greta.
Cuento "El sueño de Greta"