10.04.2020

En la sabana africana

Carmen Gil se presenta ella misma:
"Nací en un pueblo gaditano. Pasé mi niñez y parte de mi juventud entre temporales de levante y de poniente, y el mar se me metió dentro.
Desde hace muchos años mi prioridad son los niños. Para ellos, y con ellos, he hecho un poquito de todo: teatro, títeres, cuentacuentos, talleres de danzas del mundo…y ¡hasta algo de magia! Pero lo que más me gusta es jugar con las palabras.
Tengo más de cien libros publicados, que vuelan por el mundo hablando en chino mandarín, italiano, taiwanés, hebreo, inglés, coreano, francés… ¡Y así hasta veinte idiomas!
Voy a confesaros un secreto gordo requetegordo, si me prometéis no contárselo a nadie. Yo, en el fondo, no quería ser escritora. Lo que de verdad de la buena me hubiera gustado ser es hada madrina. Pero lo de los encantamientos se me daba regulín regulán. Quería convertir a un sapo en príncipe y lo transformaba en huevo frito. Así que decidí dedicarme a hacer magia con las palabras..."

En la sabana africana


  En la sabana africana,
un lunes por la mañana
descubrió el mono Facundo
la flor más bella del mundo.
"¡Vaya!, qué flor tan hermosa,
enorme, morada y ro
Se la llevaré a mi mona
 y estará la mar de mona."
Llegó en esto muy molesto
el hipopótamo Ernesto
que, sumergido en el lodo,
lo había escuchado todo.

"No, de eso nada, monada.
esta flor rosa y morada
me la comeré enterita
con salsa, al pilpil o frita."

La elefanta Filomena
se daba un baño de arena.
Como era muy caprichosa,
dijo al ver la flor: "¡Preciosa!"

"Debe ser mía. La quiero

para adornar mi sombrero
o llevarla en la solapa.
Voy a estar requeteguapa."
Carmen Gil

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