11.25.2016

Quiso llenar de estrellas el corazón del hombre

Hoy ha sido un día triste para todos el poeta Marcos Ana, ha fallecido.
Aunque su vida fue muy dura, fue encarcelado muy joven en las cárceles franquistas, donde gastó su juventud y parte de su edad adulta, coincidiendo entre otros, con Miguel Hernández. Fue el preso político que más tiempo estuvo encarcelado y como él mismo escribió en uno de sus poemas por este pecado:

“Mi pecado es terrible;
quise llenar de estrellas
el corazón del hombre”


Ha vivido 96 años y siempre era un placer escucharlo o leerlo, ya que tuvo una gran lucidez hasta el final de su vida y siempre con generosidad y sin un atisbo de venganza.
Puede que en los medios de comunicación y en la sociedad, tras su muerte, no se le de tanto realce a su figura como a otras, pero su humanidad y bondad están fuera de toda duda, cuando alguien es capaz de responder de esta manera a uno de los carceleros que le agreden en la prisión: "lucho por una sociedad en la que nadie le pueda hacer a usted lo que usted me está haciendo a mí".

Decidme cómo es un árbol

Decidme cómo es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire
recítame un horizonte sin cerradura
y sin llave como la choza de un pobre
decidme como es el beso de una mujer
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo
Aún las noches se perfuman de enamorados
que tiemblan de pasión bajo la luna
o sólo queda esta fosa?
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa
22 años, ya olvidé
la dimensión de las cosas
su olor, su aroma
escribo a tientas el mar,
el campo, el bosque, digo bosque
y he perdido la geometría del árbol.
Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron,
no puedo seguir
escucho los pasos del funcionario.

Marcos Ana.
 

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