5.05.2016

La computadora enemorada

A estas alturas habréis comprobado que se pueden hacer poemas de casi cualquier objeto, hoy es la computadora la protagonista bajo la pluma de Liliana Cinneto


La computadora
Ayer la computadora

se escapó de la oficina.

Dicen que estaba muy rara

desde hacía varios días.

Se le perdían las palabras

y andaba muy distraída

con los cables despeinados

y las letras desprolijas.

Su único ojo lloraba

cuando nadie la veía.

Y sus teclas suspiraban

cada vez que la encendían.

Dibujaba corazones

en su pantalla aburrida

y una noche la encontraron

deshojando margaritas.

Pensaba que estaba enferma

con un virus complicado.

Pero también se sospecha

que se había enamorado.

Si los demás le pedían

que diera una explicación,

contestaba entre sollozos:

“Estoy triste punto com”.

Hasta que hace una semana,

la vieron emocionada

mientras leía un e-mail

que al fin alguien le mandaba.

Y ayer, la computadora

guardó todos sus archivos

y con el enchufe al hombro

se fue silbando bajito.

El fax le envía mensajes.

El teléfono la llama.

Y la extraña la impresora

que se ha quedado callada.

Pero ahora será feliz

porque estará, a lo mejor,

escribiendo en internet

una página de amor.
Liliana Cinneto

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