Curioso ¿verdad?

Casa de Esquivias, donde Cervantes vivió tras su matrimonio. En la actualidad es un museo.


Casa natal de Cervantes, hoy museo.

Casa que habitó Cervantes en Valladolid, convertida en museo.

Ahora que se acerca la conmemoración del Día del Libro, por la casi coincidencia en el día 23 de abril de la muerte de dos grandes de la literatura universal, como son Cervantes y Shakespeare, seguro que muchos han fantaseado con la idea de que estos dos genios, se hubieran llegado a conocer. Pues bien, el escritor Anthony Burgess, conocido sobre todo por ser el autor del libro “La naranja mecánica”, en una de sus novelas recreó este encuentro de estos dos escritores.
Será Valladolid (ciudad muy importante en la época y en la que Cervantes residió siguiendo a la Corte, trasladada allí por Felipe III), la ciudad elegida por el escritor para la mencionada reunión. Sin duda, un encuentro muy sugerente. Siento no poder dar el título del libro, ya que no ha sido traducido al castellano, pero merecería la pena que se hiciera, ya que además de este encuentro y entre otras historias Burgess, reúne a Sherlock Holmes (el personaje de Sherlock tocaba el violín) y a uno de los mejores violinistas que han existido, Pablo Sarasate con un asesinato por medio.
Como ya hemos señalado Cervantes, se casó en un pequeño pueblo toledano, Esquivias, con una hidalga de allí. Parece que un testigo de dicho enlace, pudo ser un hidalgo ya mayor, algo loco, vecino de la casa de enfrente y con una librería bien surtida de libros de caballerías. Dicho personaje se llamaba Don Alonso Quesada o Quijada. Si esto es así, parece que ya tenemos al personaje que inspiró al Quijote.
Al principio, la obra de Cervantes se entendió como un escrito cómico (sin duda, divertida es, pero hay mucho más), prueba de ello es que cierto día Felipe III, desde su palacio observó a un joven que mientras leía, reía a carcajadas y tenía que dejar momentáneamente la lectura. El rey dijo algo así, como que aquel joven estaba loco o leyendo “El Quijote”.Alguno de su séquito, que siempre los hay dispuestos para complacer y agradar a su superior, corrió a buscar al joven para corroborarlo y así lo hizo cuando regresó.