La aventura de leer
5.03.2021
“Mamá, papá… no sabéis nada de la vida”
El siguiente artículo de Jordi Canyssá nos da una idea del contenido del libro.
El dedo de un niño señaló al emperador que paseaba desnudo y la realidad se hizo evidente: el traje nuevo no existía. ¿Por qué nadie había se había atrevido a decirlo antes? Hizo falta un niño para decir alto y claro aquello que los adultos se negaban a ver.
Como en el cuento de Andersen, también son los niños los encargados de abrirnos los ojos en el libro Pequeños Granujas (Panini Books), escrito y dibujado por Raquel Garcia Ulldemolins, con un subtítulo que es toda una advertencia: “Mamá, papá… no sabéis nada de la vida”. Ellos, los pequeñajos, sí que saben de la vida y nos lo cuentan a lo largo de casi un centenar de viñetas. La lista de los temas que tratan es larga y variada: va de la escuela a la tele, de los hermanos a la fama, y de los platos de verdura al sexo (que, mira tú por donde, pueden estar relacionados).
Este mundo, visto por sus ojos, es también el nuestro pero hacen que lo veamos de una manera diferente. Entre la mirada fresca de los niños y la mirada experimentada de los adultos existe una distancia divertida y reveladora a la vez. Sus comentarios primero nos arrancan una sonrisa y, después, nos invitan a repensar más de una idea.
Como bien dice el humorista Berto Romero en el prólogo, este libro es como un niño: “unas veces es profundamente sabio; otras, ingenuo y feliz en su ignorancia”. Raquel Garcia Ulldemolins ha sabido plasmar sobre el papel la voz de los más pequeños de una manera fresca y transparente, sin aditivos ni colorantes. Sus niños hablan como los niños, no como adultos en miniatura. Hablan sin tapujos, tal y como son. Y son tal y como les vemos en este libro: a veces inocentes y temerosos, a veces altivos y orgullosos, pero siempre espontáneos, directos y con el punto justo de ternura.
Quien más, quien menos reconocerá en alguna de estas criaturas el ingenio espontáneo de sus hijos, sobrinos o de los hijos de sus amigos.
Estos Pequeños granujas se presentan en escenas de una viñeta por página. Cada página con un pequeño granuja distinto, excepto en unos pocos casos en los cuales el pequeño protagonista reaparece creando un efecto de continuidad (o de running gag si se prefiere) que contribuye a dar mayor coherencia al conjunto.
Protagonistas cercanos
Los dibujos lucen un trazo de pincel flexible. Un trazo que recrea con dulzura los peinados, los bolsillos de los pantalones vaqueros, el estampado de los vestidos y distintos modelos de zapatos. Son detalles que no saturan las viñetas y que, en cambio, ayudan a que los pequeños protagonistas del libro sean más cercanos. Son detalles que humanizan el dibujo.
En un prólogo para un libro de la serie Calvin & Hobbes, Charles Schulz confesaba sentirse maravillado por la minuciosidad con la cual su colega Bill Watterson dibujaba elementos aparentemente menores como los zapatos o las mesillas de noche. Los personajes de Pequeños granujas no están muy lejos de esos otros granujillas que son Charlie Brown o Calvin. Ellos, también, como en el cuento de Andersen, nos hacen sonreír y, a la vez, nos ayudan a ver el mundo con otros ojos. Y no os atreváis a decirles que no tienen razón porque seguro que os contestan con una réplica inesperada. Los niños son así.
Jordi Canyissà
Las mujeres de la Generación del 27. Josefina de la Torre
Josefina de la Torre Millares nació en Las Palmas de Gran Canaria, en 1907. Se crió en una familia que amaba el arte y la cultura; muchos de sus familiares eran poetas, pintores o músicos. Desde muy niña comenzó a escribir poemas y aprendió a tocar el piano, el violín y la guitarra. También aprendió a cantar y a actuar en un pequeño teatrillo que había construido su abuelo en su casa de Las Canteras. Josefina viajó a Madrid para terminar sus estudios como cantante y actriz. Al tiempo, se instaló en la capital para desarrollar su carrera literaria y artística. Allí conoció a los escritores de la Generación del 27. Junto a ellos publicaba sus poemas en revistas literarias y acudía a tertulias para discutir sobre poesía. Josefina de la Torre fue una mujer independiente que vivió de su propio trabajo durante toda su vida.
Además de ser una excelente poetisa, trabajó como cantante y actriz.
Aquí tenemos algunos de sus poemas:
La tarde tiene sueño
y se acuesta en las copas de los árboles.
Se le apagan los ojos
de mirar a la calle
donde el día ha colgado sus horas
incansable.
La tarde tiene sueño
y se duerme mecida por los árboles.
El viento se la lleva
oscilando su sueño en el aire.
Quisiera tener sujeta
la naranja de la tarde
así entre las manos, fresca,
sin la piel rubia y brillante
tirabuzón de la luna
peinado por mi cuchillo.
Que sabor a fruta nueva
ha de tener en los bordes
el mar, la arena y el air.
¡Qué deseo de partir
en dos mitades la tarde!
Cuando la noche se asome
a su ventanal de cobre
se tragará la naranja.
¡Ay niña desconsolada!
Me busco y no me encuentro.
Rondo por las oscuras paredes de mi misma,
Interrogo al silencio y a este torpe vacío
Y no acierto en el eco de mis incertidumbres.
No me encuentro a mí misma.
Y ahora voy como dormida en las tinieblas,
Tanteando la noche de todas las esquinas.
Y no puedo ser tierra, ni esencia, ni armonía,
Que son fruto, sonido, creación, universo.
No este desalentado y lento desgranarse
que convierte en preguntas todo cuanto es herida.
Y rondo por las sordas paredes de mí misma
esperando el momento de descubrir mi sombra.
4.23.2021
Desayuno quijotesco
La gastronomía forma parte del "Quijote", por ello esta mañana y como otra de las actividades previstas en nuestra Semana Literaria, para conmemorar este "Día del Libro", ha sido nuestro "desayuno quijotesco"
Toda la comunidad educativa ha degustado algunos de los productos típicos de la geografía por donde "El Caballero de la triste figura" desarrolló gran parte de sus aventuras y avatares, La Mancha. Así el pan con aceite y los dulces típicos de ese lugar, han deleitado nuestros paladares en este 23 de abril.
Una de piratas
Leer es una aventura. Así llamamos a nuestro blog. Abrir un libro es meternos en un mundo
lleno de aventuras que nos hacen soñar. Hoy, día del libro, Los alumnos y alumnas de 3º se han
metido de lleno en el mundo de los piratas con el “Manual del pirata”. Han llevado a cabo un
pequeño proyecto teniendo como núcleo central la figura del pirata.
Han visionado un vídeo sobre la vida de estos bucaneros del mar que existieron hace muchos
años. También han leído el “Manual del pirata” donde se relata como vestían, se alimentaban,
navegaban y sobre todo… ¡cómo hacían el abordaje a otros barcos!
Se han divertido escribiendo poesías, pequeñas historias, recetas culinarias, resolviendo
adivinanzas, rompecabezas, confeccionando sombreros piratas y resolviendo mapas del
tesoro.
Ha sido una mañana de aventura
Isabel Calero. Maestra de PT
El ascensor y la escalera
4.22.2021
Otro cuento en verso para niños pervesos.
LOS TRES CERDITOS
El animal mejor que yo recuerdo
es, con mucho y sin duda alguna, el cerdo.
El cerdo es bestia lista, es bestia amable,
es bestia noble, hermosa y agradable.
Mas, como en toda regla hay excepción,
también hay algún cerdo tontorrón.
Dígame usted si no: ¿qué pensaría
si, paseando por el Bosque un día,
topara con un cerdo que trabaja
haciéndose una gran casa... de paja?
El Lobo, que esto vio, pensó: "Ese idiota
debe estar fatal de la pelota..."
¡Cerdito, por favor, déjame entrar!".
"¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
"¡Pues soplaré con más fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momento!".
Y por más que rezó la criatura
el lobo destruyó su arquitectura.
"¡Qué afortunado soy! -pensó el bribón-.
¡Veo la vida de color jamón!".
Porque de aquel cerdito, al fin y al cabo,
ni se salvó el hogar ni quedó el rabo.
El Lobo siguió dando su paseo,
pero un rato después gritó: "¿Qué veo?
¡Otro lechón adicto al bricolaje
haciéndose una casa... de ramaje!
¡Cerdito, por favor, déjame entrar!".
"¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
"¡Pues soplaré con más fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momento!".
Farfulló el Lobo: "¡Ya verás, lechón!",
y se lanzó a soplar como un tifón.
El cerdo gritó: "¡No hace tanto rato
que te has desayunado! Hagamos un trato...".
El Lobo dijo: "¡Harás lo que yo diga!".
Y pronto estuvo el cerdo en su barriga.
"No ha sido mal almuerzo el que hemos hecho,
pero aún no estoy del todo satisfecho
-se dijo el Lobo-. No me importaría
comerme otro cochino a mediodía".
De modo que, con paso subrepticio,
la fiera se acercó hasta otro edificio
en cuyo comedor otro marrano
trataba de ocultarse del villano.
La diferencia estaba en que el tercero,
de los tres era el menos majadero
y que, por si las moscas, el muy pillo
se había hecho la casa... ¡de ladrillo!
"¡Conmigo no podrás!", exclamó el cerdo.
"¡Tú debes de pensar que yo soy lerdo!
-le dijo el Lobo-. ¡No habrá quien impida
que tumbe de un soplido tu guarida!".
"Nunca podrá soplar lo suficiente
para arruinar mansión tan resistente",
le contestó el cochino con razón,
pues resistió la casa el ventarrón.
"Si no la puedo hacer volar soplando,
la volaré con pólvora... y andando",
dijo la bestia, y el lechón sagaz
que aquello oyó, chilló: "¡Serás capaz!"
y, lleno de zozobra y de congoja,
un número marcó: "¿Familia Roja?".
"¡Aló! ¿Quién llama? -le contestó ella-.
¡Guarrete! ¿Cómo estás? Yo aquí, tan bella
como acostumbro, ¿y tú?".
"Caperu, escucha.
Ven aquí en cuanto salgas de la ducha".
"¿Qué pasa?", preguntó Caperucita.
"Que el Lobo quiere darme dinamita,
y como tú de Lobos sabes mucho,
quizá puedas dejarle sin cartuchos".
"¡Querido marranín, porquete guapo!
Estaba proyectando irme de trapos,
así que, aunque me da cierta pereza,
iré en cuanto me seque la cabeza".
Poco después Caperu atravesaba
el Bosque de este cuento. El Lobo estaba
en medio del camino, con los dientes
brillando cual puñales relucientes,
los ojos como brasas encendidas,
todo él lleno de impulsos homicidas.
Pero Caperucita, -ahora de pie-
volvió a sacarse el arma del corsé
y alcanzó al Lobo en punto tan vital
que la lesión le resultó fatal.
El cerdo, que observaba ojo avizor,
gritó: "¡Caperucita es la mejor!".
¡Ay, puerco ingenuo! Tu pecado fue
fiarte de la chica del corsé.
Porque Caperu luce últimamente
no sólo dos pellizas imponentes
de Lobo, sino un maletín de mano
hecho con la mejor... ¡piel de marrano!
Roald Dahl. "Cuentos en verso para niños perversos". Ediciones Alfaguara.
El Quijote interactivo de la Biblioteca Nacional
Se ha partido de la digitalización a muy alta calidad de los ejemplares que conserva la BNE de la primera edición del Quijote: la de Madrid de 1605 y la de Madrid de 1615, y se han incorporado contenidos relacionados con la obra y la España de la época.
"El Quijote interactivo"